Colores, formas, olores...¿qué no estudiarán los publicistas para encontrar aquello que más nos atrae a la hora de comprar? El márketing nunca descansa y trabaja de forma tenaz, estudiando nuestras reacciones, tendencias y sensaciones hasta dar con aquello que induce al cambio en nuestra conducta, un cambio que puede conseguirse con algo tan simple como cambiar el color de la etiqueta de un alimento.
Según un estudio (Does green mean healthy?) realizado por Jonathon Schuldt en la universidad de Cornell, un alimento con etiquetado nutricional de color verde hace que lo percibamos como más sano, menos calórico y con menos contenido en grasas, incluso cuando dicho alimento es un dulce. Los resultados del estudio, realizado con 93 estudiantes, sugieren que las etiquetas de color verde aumentan en el consumidor la percepción de "saludable", sobre todo en aquellos que se preocupan por mantener una alimentación sana.
Y así, uno llega a pensar que una chocolatina tiene menos calorías si la etiqueta es verde, o si en ella se lee que el producto procede del "comercio justo" u "orgánico". Toda una ciencia, la publicidad.
Según un estudio (Does green mean healthy?) realizado por Jonathon Schuldt en la universidad de Cornell, un alimento con etiquetado nutricional de color verde hace que lo percibamos como más sano, menos calórico y con menos contenido en grasas, incluso cuando dicho alimento es un dulce. Los resultados del estudio, realizado con 93 estudiantes, sugieren que las etiquetas de color verde aumentan en el consumidor la percepción de "saludable", sobre todo en aquellos que se preocupan por mantener una alimentación sana.
Y así, uno llega a pensar que una chocolatina tiene menos calorías si la etiqueta es verde, o si en ella se lee que el producto procede del "comercio justo" u "orgánico". Toda una ciencia, la publicidad.