Aunque notemos que cuando comemos con pan engordamos, el pan no engorda. Lo que engorda son los alimentos con los que lo acompañamos, como las salsas, la sobrasada, el paté, los embutidos o la mantequilla.
A pesar de su mala fama, el pan es una fuente importante de hidratos de carbono -que constituyen la base de una dieta equilibrada- y contiene, además, una cantidad nada despreciable de proteínas, vitaminas y fibra.
Es conveniente comer pan incluso cuando hacemos una dieta de adelgazamiento, ya que nos sacia y nos ayuda a comer menos cantidad de otros alimentos más calóricos. No mojaremos las salsas y nuestros bocadillos serán vegetales, de lomo a la plancha, de jamón serrano sin tocino, de atún al natural o de queso fresco con tomate.
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